Bueno el día parecía que iba a ser esplendido, pero ya se sabe en el monte lo que parece luego puede ser otra cosa, cuando alcanzamos la línea cimera empezó a soplar el viento y en un momento nos vimos envueltos en una densa niebla, las nubes se habían alojado en lo más alto y el aire rachado nos acompaño haciendo más que invernal la penada, fuimos pisando nieve virgen durante todo el recorrido tan sólo la huellas de los animales mucho más madrugadores que nosotros daban muestra de que antes que nosotros sólo habían pasado ellos.
Como siempre un día de monte muy guapo, la comida la hicimos abajo a resguardo de un viejo roble.En esta ocasión hemos estado rodeados de nuestros colegas del moyatistán ( Andrés,Fernando,Juany), luego echamos la consabidas "gordas, en ca mi cuñao", peligro de moyatis que falta de palos.
Bueno agradecer las fotos, que de no ser por el teléfono de Andrés no hubiéramos podido sacar en esta publicación de Penandomontes.